domingo, 7 de febrero de 2010

Doble bendición


Jesús dijo: Hagan esto en memoria de mí.

-– Lucas 22.19 (VPEE)
LOS servicios de comunión en nuestra iglesia son una bendición para mí. A medida que mis pensamientos se enfocan en el sacrificio de Cristo, mi corazón se llena de gratitud por la gracia de Dios. Acostumbro sentarme e inclinar mi cabeza con los ojos cerrados después de recibir la comunión, y continúo orando mientras se le sirve la comunión a otras personas.


Recientemente, sin embargo, he descubierto una segunda bendición en el servicio de comunión. Después de un breve tiempo de oración personal, miro a mi alrededor para ver a mis hermanos y hermanas en Cristo mientras toman la comunión y oran. Representan diversidad de edades, posiciones sociales y ocupaciones. A algunos los conozco muy bien; conozco el gozo y las cargas que llevan. A otros ni siquiera les conozco.


Según los observo, me percato de la doble bendición de la comunión: soy bendecida por la abrumadora sensación de estar entre familiares. Oro en silencio por cada uno de ellos según se retiran de la mesa de Cristo. En esos momentos, somos una familia unida, experimentando la gracia de Dios. ¡Éste es un anticipo del cielo!


Oración:
Padre, gracias por la unidad familiar que compartimos a través de Cristo. Amén.

Fuente: http://www.upperroom.org/elaposentoalto/

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